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Sasiburu; 3 cimas 3 ermitas

 

No se cuanta veces habré pasado por la carretera general que atraviesa Alonsotegi, seguramente cientos y creo que no he entrado nunca a ver el pueblo, dar una vuelta o tomar algo. Seguramente nos pasa a muchos que hay sitios que aun estando cerca no visitamos.

En esta ocasión motivado por el tema del confinamiento decido dar unan vuelta a ver que hay. Y entre otras cosas destacables, descubro que de aquí mismo sale un paseo, una ruta, que asciende al cordal de Sasiburu. Así comienza mi paseo de tres cimas y tres ermitas en Sasiburu.



Viernes 7 de Mayo de 2021, me tomo la tarde libre de curro y salgo a pasear, que en todo el mes casi no me he movido y estoy “atrofiao” y “crujiente”, me suenan todas las articulaciones.

Dejo el coche en un aparcamiento cercano a la estación de tren de Irauregi y me acerco a visitar la Ermita de San Antolín. 

Es el edificio más antiguo e importante de Alonsotegi. Restaurada en 1998 es la única ermita de Bizkaia que conserva el retablo original del siglo XVI de estilo <romanista>. Vinculada desde su creación a la familia Coscojales, aparecen representados en el retablo los personales patronos de la ermita, Anton Perez de Coscojales y Elvira Jimenez de Renteria. Como en otros lugares de Bizkaia (por ejemplo Zalla, Santa Ana) y siguiendo el sistema de organización feudal de la edad media, junto a la ermita se hallaban la CasaTorre de Coscojales y una ferrería y molino que aprovechaba el caudal del rio Cadagua.

La ermita se sitúa junto al Camino Real que unía Bilbao con Balmaseda, por donde los peregrinos caminaban hacia Castilla con rumbo a Santiago. Posiblemente las  cruces de la Orden de Santiago talladas en los bancos del XIX del interior de la ermita estén vinculadas a este peregrinaje.

A la entrada de la ermita aparece una bien conservada Pila Bautismal donde fue bautizado Fray Martin de Coscojales, nieto de los patronos y autor de varios textos explicativos de la Antigüedades de Vizcaya”.

Bueno qué ¿nos vamos pal monte?

Cruzo las vías del tren con cuidado y subo hacia el barrio de Zamundi, siguiente objetivo a visitar. La carretera cementada no tiene pérdida y se anda muy bien pues apenas hay tráfico. Son algo más de 2km y unos 200 metros de desnivel los que se suben y llego a visitar el barrio y la Ermita de Santa Quiteria.



Junto a la ermita hay un área recreativa de la Diputación con un par de asadores, media docena de mesas y una fuente. La ermita está prácticamente debajo de un gran roble y a día de hoy presenta un mal aspecto ya que cerca de la espadaña hay dos importantes boquetes no sé si por la caída de alguna ramas del imponente árbol o por el peso de la espadaña que ha ido haciendo mella hasta que ha fallado el tejado. Una pena. Pero me conforta ver en el interior de la ermita material de obra. Al menos parece que están acometiendo la tarea de que no se caiga más y tratar de mantener, ya que entiendo que restaurar requiere una buena inversión.


La actual ermita que vemos hoy tiene poco más de 100 años, el edificio no tiene nada de singular, quizás lo más significativo sea la advocación hacia esta santa que es de gran antigüedad, aunque hoy en día es poco conocida. Según cuenta la tradición, Quiteria, hija de un rey, decidió abrazar la fe cristiana y se retiró con otros cristianos a una montaña donde fue martirizada cortándole los pechos. En algunas representaciones aparece llevando su cabeza en la mano. 






Según cuenta la tradición aquí en Zamundi hubo antes un monasterio, probablemente una casa donde vivía algún religioso, que se arruinó por lo que la imagen de la santa estuvo en Santa Agueda hasta la edificación de la nueva ermita. Se trata de una imagen tardogótica, de hacia 1515, de Santa Quiteria, protectora contra la rabia. Aparece con una túnica roja y un libro abierto en la mano derecha; a sus pies, en el lado izquierdo, una figura en postura orante con las manos juntas, y un perro, en el lado derecho, en alusión su poder sobre estos animales

Bueno, sigo camino y ahora ya si dejo atrás el cemento y me meto al monte.

El camino pasa junto a enormes eucaliptos y un frondoso encinal y toma altura con rapidez. Empiezo a ver las rocas, es terreno minero y pronto llego bajo el karst de Peñas Blancas.

Salgo a una ancha pista en la que giro a la derecha y por la que voy solo unos pocos metros porque enseguida encuentro un poste de señales que dice que por la izquierda en 300 metros llego al alto. Y para ahí que voy.



Al llegar a la cima tengo la gran suerte de estar solo durante un buen rato disfrutando de las vistas y la tranquilidad de la tarde.

Me siento, descanso, contemplo, disfruto. 

Dejo pasar los minutos mientras veo el paisaje. 


El Ganeko, Gallarraga, el Ganeroitz y Eretza, la zona de la arboleda, Ganeran, gasteran, la salida del Nervión al abra, admirar todos estos montes es lo que  voy a disfrutar en mi camino de vuelta recorriendo el cordal de Sasiburu, después Tellitu y al final Arroletza. Es un sube y baja cómodo.










Al llegar a esta última cima se baja decididamente por el cortafuegos hacia Cruces pero en el primer collado giro a la derecha para entrar en el sendero que baja a Santa Águeda, la última de las ermitas que voy a ver hoy.






En esta ocasión no voy a resultar pesado hablándoos de esta ermita, dejo para quien quiera el siguiente enlace a un fabuloso blog que trata de ella fenomenalmente bien. Ezagutubarakaldo.





Un poco más debajo de la ermita aparece a la derecha de la carretera la Calzada Medieval de Santa Agueda, sacada a la luz a principios de siglo. Muy curioso lugar.



A partir de aquí la ruta sigue el sendero que vuelve a Alonsotegui, atraviesa un tramo de la autopista al que se accede por puertas bien acondicionadas para que no entre ganado a la zona de la carretera y ya poco a poco voy bajando de nuevo al pueblo. Contento por la ruta realizada y un poco cansado por lo atrofiado que estoy.

Bueno pues esto ha sido todo, si algo de lo aquí contado sirve para que te animes a dar un paseo, pues me alegraré mucho.

Un saludo a todos y gracias por aguantar la chapa hasta aquí.



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