Cimas de Izarraitz;
Kakueta, Xoxote y Erlo
Por fin he podido escaparme y subir a dar un paseo por una zona a la que le tenía muchas ganas.
Siempre que he venido a Azkoitia y Azpeitia me fijaba en esa mole rocosa que preside toda
esta zona.
En las ocasiones anteriores me he tenido que
conformar con visitar ambas poblaciones y pasear por el Santuario de Loyola y
su Basílica. Eso si, he podido disfrutar de su gastronomía. Recuerdo
especialmente a un amigo que me recomendó comprar los famosos pasteles San
Ignacios, ¡Qué ricos están!
Bueno, pues en esta ocasión, me he traído las botas para dar una vuelta.
Subir desde Azpeitia es salvar casi 1000 metros
de desnivel, todos tripa arriba, así que he buscado alternativas más suaves. Y
he encontrado la forma más fácil de subir a Erlo según “LuisItxiana”. Gracias
por tu aporte.
Total que a eso de mediodía aparco en el
Collado de Aittola y me preparo.
Hay una bonita zona de mesas con fuentes y zonas de recreo.
Lo primero que hago es subir a la cercanísima
Cruz de Aittola, que como queda en sentido contrario es mejor hacerla ahora.
De vuelta al aparcamiento me interno en el
pinar. Me encuentro con un par de montañeros que ya bajan y me comentan la
niebla y el viento frio que hace por arriba. No importa llevo ropa adecuada.
Avanzo tranquilamente por la pista disfrutando
de la soledad y del canto de los pájaros, disfrutando del verde húmedo en el
pinar y el hayedo. Me sorprende ver la cantidad de helechos que están saliendo, recogen las gotas de humedad y
brillan, el color es el verde musgo.Poco a poco voy subiendo hasta que en la zona del mirador me giro a la derecha para encarar las rampas de la ladera del Kakuta.
Subo por una pista bastante embarrada hasta que pierde inclinación y entonces entro directamente en la campa en dirección al hayedo cimero.
No encontré bien el camino de subida “oficial” así que lo hice por donde me pareció, por tanto mi recomendación es que os fijéis en la vía de bajada que esa sí es adecuada, (por dar unas indicaciones hay que ir por la senda que pasa por debajo del hayedo hasta que en un par de hayas de gran tronco, donde he marcado el waypoint y coloque unas piedras a modo de hito, giramos a la izquierda y subimos directamente por camino bien pisado).
Al llegar a la cima la niebla parece que quiere despejar un poco, pero no lo consigue del todo. En la plataforma destaca la enorme cruz, un buzón y cerca el vértice geodésico. Sé que hay muy buenas vistas pero no pude disfrutar de ellas.
Un par de hayas de gran tronco, este sería el punto de entrada al buen camino de subida.
Un par de hayas de gran tronco, este sería el punto de entrada al buen camino de subida.
Me bajo y tomo el camino hacia la zona de
Xoxote.
Paso por las bordas y entro al refugio, un rato
de charla y un caldito siempre sientan bien.
Después paso a visitar y presentar mis respetos
a San Ignacio, su estatua mira y preside el valle desde 1956. Enredo un poco
por la zona y me voy a pisar la cima Oriental de Xoxote donde la Cruz.
Sigo camino por encima del refugio para pisar
la cima de oficial del Xoxote. En la bajada hacia la balsa recuerdo haber leído
que cerca hay una nevera y voy a visitarla. Se conserva bastante bien.
Vuelvo sobre mis pasos y busco el camino más
fácil para ir acercándome a la Cruz de
Erlo primero y a su cima después.
Parece que por fin se despeja y salen incluso
algunos claros de cielo azul. Estoy
disfrutando de lo lindo.
En las inmediaciones de las antenas busco un
socaire para comer el bocata y disfrutar del momento.
Ya toca pensar en ir bajando.
Lo hago por la pista, fácil, despacio, como no
queriendo irme de estas fabulosas campas.
A ratos atajo, me doy la vuelta, me desvío, deambulo por la campa y visito la chabola de Berastegi, que está al borde del camino.
Enseguida llego a la famosa fuente de Izkituri
y sigo camino por encima de la borda de Kakueta, se pasa por una zona donde se
aprecian varias plantas de bordas y de corrales ya derruidos.
Casi sin darme cuenta llego al mirador y por el
verde húmedo musgo pinar voy dejando el macizo de Izarraitz con muchas fotos en mi cámara y más
sensaciones en mi memoria.
Sin duda ha merecido la pena los 11 kilómetros
y casi 700 metros que al final han salido.
Hasta otra no vemos en el monte y
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