Buciero y Ganzo, cortita pero enorme.
Santoña, Cantabria
En esta
ocasión voy a aprovechar un viaje a Santoña para pasear y dar una vuelta
subiendo al Buciero.
No tengo
mucho tiempo y por eso dejo para otro dia el dar la vuelta a todo el peñón. En
esta ocasión va a ser subir y bajar.
A nada que busquéis
información por google sobre el Buciero os van a salir multitud de entradas
sobre la red de senderos, sobre las edificaciones y fuertes. No está mal darles
un vistazo, pero nada comparado con pisar este fabuloso encinar.
Me ha llamado
la atención las enormes vistas de las que se disfruta, lo salvaje de su selva interior
y el carácter montañero del montecito en cuestión.
Antes de
comenzar a subir, si tienes tiempo date una vuelta por el puerto y por el Paseo
Pereda, merece la pena ver el Monumento a Juan de la Cosa y oler el mar.
Yo en este caso comienzo directo por el Fuerte San Marcial, en cuya pared lleno la botella de agua y por las escaleras para arriba. La ruta esta súper señalizada y no tiene perdida alguna, al menos aquí abajo.
Vamos tomando altura por el sendero de los faros y acantilados. Un paseo.
Llego al mirador de la Peña del Fraile y las vistas te dejan con la boca abierta.
Poco más
arriba, al pasar la casa de la Leña, enseguida se abandona este camino y entro
por un senderin a la izquierda que en un túnel de vegetación y rodeado de
encinas, madroños, avellanos y demás vegetación va tomando altura, en ocasiones
de forma decidida.
Paso por la zona de la antigua mina de hierro, después por lo que llaman el valle de los avellanos y aquí es donde más subida hay.
Al de poco
salgo del bosque, en ocasiones cerrado y enmarañado y subo por una campita que
tiene un estrecho sendero. Arriba un poco de lapiaz, con cuidado pero sin
problemas.
Llegado al
collado primeo subo al Ganzo.
Subida muy pero
que muy cerrada, ves el sendero pero no donde pisas, y en lo alto el karst, que
tampoco es peligroso, pero tiene una mini canal, disfrutona.
Vuelvo al collado y voy al Buciero en cuya cima no hay nada identificativo, pero al salir a la zona rocosa, encima de Santoña resalta la Cruz de hierro y las fabulosas y enormes vistas sobre toda la bahía de Santoña y si el día está despejado se ve hasta el infinito y más allá.
¡Qué pasada! Indescriptible la belleza del paisaje.
Sin lugar a
duda merece la pena el esfuerzo de la subida (que por otra parte tampoco es
tanto) para contemplar estas vistas.
La bajada la
voy a realizar por la vertiente opuesta a por donde he subido y así hacer una
circular.
Es una bajada
fuerte, de desnivel y en ocasiones, sobre todo al principio, por zona rocosa kárstica, pero se hace sin dificultad.
Se trata de llegar a un evidente sendero entre muros de piedra al lado de
una casa en ruinas, justo encima del Polvorin
del helechal, cerca del fuerte de napoleon.
Al llegar a la pista hay que desviarse un poco a la derecha para tomar el Sendero del Salticon, que baja decidido a Santoña entre muros parcelarios, a veces bien altos, absolutamente a la sombra del encinar.
Enseguida se
alcanzan las calles de Santoña.
¿Hace una cervecita?
Ale, hasta
otra.
Nos vemos
paseando en el monte.
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